Cada día, los repartidores contemplan en segundo plano la vida de desconocidos. Observan con sigilo el ambiente caldeado que se respira tras las puertas cerradas de las cocinas y se asoman fugazmente a los domicilios de los clientes.
Los repartidores están en el bullicio de la ciudad, y esto les expone a situaciones en las que la valentía puede ayudar a los demás.
Hablamos con Youssef, Vasilije y Zakaria, que han demostrado ser héroes cotidianos de sus ciudades gracias a su valentía.
El valor requiere sobre todo una cosa: valentía; valentía para enfrentarse a una situación difícil. Estamos orgullosos de contar con repartidores dispuestos a ayudar a su comunidad en lo que pueden. Gracias Youssef, Vasilije y Zakaria. Gracias a todos los repartidores que actúan y no miran hacia otro lado.