Oleksiy trabajaba como mecánico de bicicletas, le encanta viajar y quería comprarse un coche nuevo y redecorar su apartamento. En su ciudad, la gente disfrutaba yendo a los centros comerciales y paseando por los parques.
«Cuando realizas entregas, te encuentras con personas de todo tipo, pero resulta especialmente duro ver a mujeres que se han quedado solas. Cuando las ayudamos con las entregas, están muy contentas y agradecidas»
Al hablar con él sobre la guerra, nos comenta que, desde el principio, se ocupó de mantener la calma en la familia y prepararse adecuadamente para cualquier escenario. Junto con su familia, decidió quedarse en la ciudad, en el mismo piso en el que vivían. Cuando suenan las alarmas de ataque aéreo, van a un refugio cercano. «Obviamente estoy preocupado, pero continuaré siendo fuerte por mi familia».
Para él, ser repartidor significa ayudar a la ciudad. Además, se considera un mensajero de noticias, aunque admite que prefiere compartir las positivas, para no generar más tristeza.
«Cuando realizas entregas, te encuentras con personas de todo tipo, pero resulta especialmente duro ver a mujeres que se han quedado solas. Cuando las ayudamos con las entregas, están muy contentas y agradecidas»
Oleksiy también nos cuenta la historia especial de uno de los Partners con los que trabaja: «en uno de los locales comerciales han montado un centro de voluntariado que ayuda a refugiados de todo el país. Cuando la gente quiere ayudar donando ropa, pero no tiene medios para hacerla llegar al centro, la llevo yo». Oleksiy también nos cuenta que colabora recaudando fondos a través de las redes sociales y que ayuda activamente a Las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania.
Yurii, Sergey, Serhij, Bogdan & Oleksiy son cinco de los muchos repartidores de Ucrania que cada día llevan esperanza a quienes les abren las puertas de sus casas o les esperan en las estaciones de metro para recibir sus medicamentos. Hoy los conoceremos un poco más en profundidad y nos centraremos en su lado más personal, como los ojos de la ciudad que nunca dejan de mirar.
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