Kiev
La historia de Serhij Siedykh
La vida antes de la guerra

Lo primero de lo que nos habla Serhij, de 37 años, es de Podil: «Podil es el distrito histórico de Kiev, donde se encuentra la universidad más antigua de Europa. Está repleto de acogedoras cafeterías, bares y discotecas. Con melancolía en sus palabras, admite que no le gusta pensar en el futuro y que solo quiere disfrutar del presente. «No hice planes, supongo que únicamente soñé», pero ahora la vida se ha detenido de forma momentánea. La guerra ha hecho estragos en todas las pequeñas cosas y se puede encontrar la felicidad en los momentos simples».

Así es como la guerra encontró a Serhij el 24 de febrero.

«Me enteré mientras tomaba el café de la mañana, cuando la aplicación mostró el mensaje «actividad suspendida temporalmente».

La sonrisa de los clientes le da esperanza

Explica que su madre se encuentra en un centro de registro de otra ciudad mientras él permanece en Kiev. «Desde que Glovo reanudó su actividad en la ciudad, la sensación cada mañana es de incertidumbre; sin embargo, sé que el camino se hace al andar (él mismo realiza las entregas a pie).

Serhij habla mucho de cómo reaccionan los clientes al recibir sus pedidos: «alegría, sonrisas y palabras de agradecimiento por no dejarles de lado. La gente se alegra de no tener que ir en busca de lo que necesita; se sorprende enormemente que se sigan realizando entregas y eso la llena de optimismo».

Gracias a todos los repartidores de Ucrania

Yurii, Sergey, Serhij, Bogdan & Oleksiy son cinco de los muchos repartidores de Ucrania que cada día llevan esperanza a quienes les abren las puertas de sus casas o les esperan en las estaciones de metro para recibir sus medicamentos. Hoy los conoceremos un poco más en profundidad y nos centraremos en su lado más personal, como los ojos de la ciudad que nunca dejan de mirar.

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